Soltar no es un juego
retener tampoco
dejar ir puede ser igual que vivir,
pero también,
puede ser lo mismo que morir.
Nadie se ha muerto de amor,
dijiste un día,
nunca te perdonaré, dijiste otro día,
no diré esto jamás,
o lo juro como que mi nombre es ...
Te entiendo,
porque yo también tengo ganas de jurar y prometer
muchas cosas,
pero medito, reflexiono y digo: ¿Podré cumplir con ello?
¿No he sido yo quien caminó más lentamente
esperando que digas: No te vayas?
¿No he sido yo quien,
solo con la idea de que no estarías más,
te dijo: no te preocupes por mí y vete,
al tiempo que se me quebraba la voz?
¡Cómo podría prometer entonces!
Al contrario, yo digo que voy a pensarte
voy a extrañarte,
voy a evocarte,
voy a soñar contigo,
voy a tenerte presente desde el primer minuto del día,
hasta el último...
aunque ya no pueda saludarte.
¿Por qué voy a pelear o renegar de algo tan sublime?
¿Acaso me traicionaste?
¿Acaso te fuiste de mi lado?
¿Acaso dejaste de existir?
No voy a pelear con algo que claramente me supera,
te amo,
y eso está bien.
Ahora mismo te vi y eres la misma de hace tres años.
El tiempo no ha pasado por ti.
No quisiera pasar yo tampoco.
Te sigo esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario